Este mes se cumplieron cuatro años de
la suspensión cautelar de los nombramientos a dedo – por libre designación – en
el Principado de Asturias. En Auto
fechado el 8 de enero de 2013 el Tribunal Superior de Justicia de Asturias
(TSJA), estimó la medida cautelar solicitada por el Conceyu por Otra Función
Pública n´Asturies, suspendiendo la utilización generalizada del sistema de
libre designación para los puestos de Jefatura de Servicio,
coordinadores, asesores y asimilados, que deberían cubrirse por concurso de méritos.
Cuatro años después no se ha
convocado, ni resuelto válidamente, ningún concurso de méritos, por lo que nos
encontramos ante una situación de absoluta precariedad en la estructura
administrativa del máximo rango funcionarial del Principado. Todos los puestos
que antes eran de libre designación
vienen nombrándose desde entonces por el sistema excepcional de la comisión de
servicios, previsto para situaciones de extraordinaria y urgente necesidad.
Con el agravante de que una buena
parte de esos nombramientos en comisión de servicios son radicalmente ilegales,
al superar el plazo máximo legal de duración, que no puede exceder de dos años.
El resultado de esta auténtica subversión
del régimen legal de provisión de los puestos de trabajo de los funcionarios
públicos del Principado es que en la actualidad hay más de 250 nombramientos
provisionales que superan el plazo máximo legal de dos años y que, en consecuencia,
son manifiestamente ilegales.
Una situación caótica que es el
resultado de una política de personal contumaz y multireincidente en la
aplicación de sistemas de provisión de puestos de trabajo de corte
clientelista, al colocar la confianza como criterio de selección por encima de
la igualdad, el mérito y la capacidad.
Los responsables políticos de esta descomunal incompetencia,
que tienen nombre y apellidos – Dolores Carcedo, consejera del ramo y José María
González Gancedo, Director General de Función Pública-, habrían sido
fulminantemente cesados en cualquier democracia mínimamente exigente, en la que
rigieran los principios de rendición de cuentas y asunción de
responsabilidades. Pero en Asturias se mantienen en sus cargos como si nada
pasara y comparecen en la Junta General presumiendo de eficientes y preparados.
Así nos luce el pelo
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