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viernes, 21 de septiembre de 2018

La información en televisión: espectáculo y realidad manipulada




Xosé Soengas Pérez 
Profesor Titular de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universidad de Santiago de Compostela,  xsoengas@usc.es 


Resumen 
En esta investigación se abordan los principales aspectos que corresponden al ámbito y al contexto de la información televisiva: origen de la información, naturaleza de las fuentes y de los protagonistas, características de las noticias, tratamiento y enfoque de los contenidos y análisis de los personajes protagonistas de los hechos. Estudiar estos detalles permitirá determinar si existe censura y manipulación en las noticias y si se producen desequilibrios informativos o tratamientos inadecuados. Aquí nos centramos especialmente en conocer los principales aspectos específicos de la información televisiva, concretamente el tratamiento y la distribución de las noticias (por secciones, por países y por partidos) en TVE, T5 y A3 en 2003 y en 2006, dos periodos en los que gobernaban partidos diferentes, aunque luego se puedan analizar y comentar otros matices derivados de los planteamientos centrales

Introducción y objetivos 
La información televisiva, por las peculiaridades del medio, está sujeta a una observación permanente, tanto por parte de la sociedad como de los estudiosos. Esa observación permite conocer de forma exhaustiva los contenidos y, al mismo tiempo, facilita la trascendencia y las repercusiones de las noticias, dotándolas a veces de una dimensión que difícilmente alcanzan en la prensa o en la radio. Uno de los objetivos principales de esta investigación es analizar las características de las informaciones de las cadenas generalistas que emiten en España, para comprobar si las líneas editoriales y el tratamiento de los contenidos varían cuando cambia el Gobierno o si, por el contrario, permanecen los criterios esenciales y se mantienen los mismos modos de actuación profesional. Interesa comprobar si los cambios, en el caso de que existan, se deben únicamente a la aparición de nuevos actores en la escena política y social, o si son una consecuencia directa de una línea editorial diferente. La información televisiva, especialmente la de 2003, está condicionada directamente por un hecho que transforma completamente el panorama mundial: la guerra de Irak. La cantidad de noticias que genera este conflicto bélico, ya desde sus prolegómenos, desequilibran el mapa informativo internacional, eclipsando buena parte de los acontecimientos que no tenían relación con este hecho. 

En esta investigación nos planteamos un objetivo doble: por una parte conocer el tratamiento de los contenidos de los informativos de TVE, T5 y A3 y, por otra, averiguar si hubo cambios en las tres emisoras generalistas en dos periodos con gobiernos diferentes: 2003 y 2006. En 2003 gobernaba el PP y en 2006 lo hacía el PSOE. Uno de los propósitos es comparar los datos de ambas etapas para determinar el grado de influencia que tiene el cambio de Gobierno en el tratamiento de los contenidos informativos de las televisiones públicas y privadas. Esta comparación permitirá, a la vez, comprobar si se mantiene la misma línea editorial en las dos etapas en todas las emisoras o si cambia en alguna, y también ver si los cambios son sólo cualitativos o también cuantitativos. A través del análisis de los contenidos se pretende determinar, además, el rigor y la calidad informativa de las noticias que emite cada televisión. Para ello se revisan con detalle una serie de indicadores que consideramos esenciales: la calidad y pluralidad de las fuentes consultadas, la distribución equitativa y el tratamiento objetivo de los puntos de vista de las informaciones, la utilización de recursos que favorecen la claridad expositiva y la comprensión de la información, y la selección temática. También consideramos un indicador de calidad la inclusión de noticias originales resultantes de un proceso de indagación del medio, en lugar de recurrir sólo a las informaciones oficiales o de agencias. 

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Conclusiones 
Los informativos de TVE, T5 y A3 están estructurados en secciones en las que conviven criterios temáticos y geográficos como referencias clasificatorias de los contenidos: política, sucesos, economía, sociedad, nacional e internacional. Las secciones mantienen unas tendencias estables con pequeños cambios derivados de circunstancias extraordinarias, como las épocas en las que se registra mucha actividad política, momentos de conflictos bélicos, como la guerra de Irak, o el incremento ocasional de sucesos. El reparto habitual de los contenidos obedece a unas estructuras predeterminadas, pero con unos márgenes de flexibilidad que permiten mantener el esquema básico y, al mismo tiempo, adaptarse a las exigencias de la actualidad. Apenas hay cambios importantes en la estructura de los informativos entre 2003 y 2006. Las tres emisoras mantienen un esquema similar en los dos periodos. 

Las variaciones que se detectan son mínimas y debidas a razones justificadas. La mayoría de las secciones tienen una duración estable, cuando en la realidad y en el devenir informativo cotidiano no se dan esos parámetros predeterminados. Al analizar los contenidos de los informativos de TVE, T5 y A3 en 2003 y en 2006, dos fechas marcadas claramenente por acontecimientos políticos, sorprende que la sección con mayor peso informativo, en las dos etapas, sea la de sociedad, cuando cabría esperar un dominio de la información política. Pero después de un estudio detallado de este aspecto encontramos una explicación: la sección de sociedad es un área container, ambigua, poco precisa y poco definida, a la que se derivan temas de otras secciones para mitigar su efecto, previo cambio intencionado de enfoque del acontecimiento. Por ejemplo, TVE y A3, en varias ocasiones, cuando ofrecen informaciones de los soldados norteamericanos que mueren en la guerra de Irak, plantean la noticia desde el punto de vista de la situación de las familias, y no directamente como una baja de guerra. 

Los porcentajes referidos a la información política y a los sucesos oscilan constantemente, pero nunca alcanzan las cuotas de las noticias de sociedad. Los cambios de línea editorial y la necesidad de adecuar o de supeditar las noticias a intereses políticos, económicos o de la audiencia apenas se reflejan en el tratamiento formal de los contenidos, que es muy similar en las tres emisoras analizadas, ni tampoco afectan sustancialmente a la estructura de las secciones. Las diferencias en los enfoques son las que identifican la línea editorial de cada emisora. Existen secciones o temas a los que afectan más los planteamientos críticos porque se trata de contenidos trascendentes que repercuten en los intereses de esa televisión. Las variaciones de los enfoques (positivos, negativos o críticos) referidos a los diferentes partidos no tienen una relación directa con el grado de presencia de esos partidos en los informativos. Se mantiene la presencia cuantitativa, pero cambia el tratamiento cualitativo. 

En cada televisión existe una correspondencia y una asociación habitual de temas positivos, negativos y de tratamientos críticos o favorables con determinados partidos, sectores o personajes, independientemente de las características de los hechos. Hay enfoques forzados o predeterminados de las noticias. Es habitual que el mismo tema aparezca enfocado completamente diferente en la misma televisión en 2003 y en 2006, lo que refleja un cambio de línea editorial de la cadena. Y también es habitual que ese mismo tema aparezca planteado de forma diferente el dos televisiones distintas (aquí diferenciamos entre un enfoque forzado y los múltiples puntos de vista de una noticia, y que todos son válidos).

Los cambios en el enfoque de algunos temas con respecto a tratamientos anteriores del mismo asunto evidencian cómo influye en los contenidos el control político de las televisiones. Aunque la estructura formal se mantiene, la ruptura en la continuidad de la línea editorial se manifiesta con la aparición o con una presencia mayor de temas o de personajes silenciados o minimizados anteriormente, y con descartes de cuestiones que antes se trataban con asiduidad. Los cambios de postura de una cadena casi siempre afectan a los mismos sectores y obedecen a razones muy similares. El organigrama de las redacciones favorece el control selectivo de los contenidos a través de mecanismos que son muy parecidos en todas las cadenas. El tratamiento de los contenidos informativos en TVE, T5 y A3 responde a parámetros muy similares y los criterios predominantes en cada caso obedecen a líneas editoriales concretas. No hay grandes diferencias entre los informativos de la televisión pública y los de las privadas. 

Las similitudes de enfoque y las diferencias de tratamiento de cada tema en las tres televisiones casi siempre están condicionadas por la naturaleza de los hechos. Las diferencias se aprecian, principalmente, en aquellas informaciones más comprometidas, como las noticias de contenido político, mientras que las coincidencias se localizan en temas que no tienen una repercusión importante en los intereses de las televisiones. Las diferencias en el tratamiento de personajes son cualitativas y cuantitativas, mientras que en la información referida a los partidos políticos los cambios son principalmente cualitativos, y casi siempre se mantienen las atribuciones de espacio establecidas para dar una sensación de pluralidad formal. Habitualmente se respetan los tiempos que le corresponden a cada partido en los informativos conforme a su representación parlamentaria, aunque esta fórmula de adjudicación de tiempo inicialmente tenía una función bien distinta: regular los espacios de propaganda durante los periodos de campaña electoral. La relevancia cuantitativa de cada sección, el grado de presencia de cada país, de cada partido político, de cada acontecimiento y de cada personaje no se corresponden siempre con los tratamientos cualitativos de las informaciones. 

Por eso los parámetros cuantitativos no permiten determinar automáticamente las preferencias y el tratamiento de los contenidos informativos de cada televisión. El hecho de que una sección, un país, un partido o un personaje tengan una presencia relevante, no es una garantía de que se corresponda con un planteamiento objetivo del tema, porque la duración temporal de las noticias no se puede considerar un indicador objetivo. Es necesario analizar el enfoque y el tratamiento. La presencia de los diferentes países en los informativos es muy desigual, algo que se mantiene en 2003 y en 2006, en las distintas secciones y en las tres televisiones analizadas. Existen zonas sobreobservadas y zonas silenciadas. El esquema que refleja el desequilibrio territorial en el reparto geográfico de la información internacional es válido también para explicar la desigualdad que afecta a las comunidades autónomas del Estado español. Si se comparan los informativos de 2003 con los de 2006, algunos países aumentan su presencia en las noticias y otros la reducen, una oscilación que no coincide en todas las televisiones. Las variaciones se deben a múltiples causas: algunas objetivas, por ejemplo, cuando un país es noticia porque vive un momento especial, como una guerra; y otras más subjetivas, cuando un país tiene una presencia forzada en los informativos de una emisora debido a su relación, positiva o negativa, con el gobierno de turno. Es habitual que determinados países aparezcan asociados siempre a temas muy concretos: guerras, acuerdos políticos, sucesos, temas económicos, asuntos sociales, catástrofes, epidemias, delincuencia, etc. La reiteración de noticias negativas o positivas sobre un país acaba creando una imagen distorsionada del mismo. A veces a la audiencia se le facilitan referentes intencionados y tópicos que favorecen una asociación de elementos que no se corresponde con la realidad. Igual que en el caso de la información política, una mayor presencia no siempre equivale a un tratamiento beneficioso para ese lugar. Es necesario diferenciar entre los tratamientos cualitativos y los cuantitativos si se quiere conocer la imagen que las televisiones transmiten de cada país. Las temáticas que interesan (o que se destacan) son muy diferentes según se trate de una zona privilegiada o de otra marginal. Los sucesos son los únicos contenidos que despiertan un interés informativo similar en todas las emisoras, independientemente del país en el que ocurran.

La diversidad y el número de fuentes utilizadas en una noticia no funciona necesariamente como indicador objetivo de calidad en el tratamiento de la información. Es necesario analizar la pertinencia, el tratamiento y el uso de esas fuentes para conocer la línea editorial de la emisora y el grado de objetividad con que se tratan los diferentes acontecimientos. El número de fuentes utilizadas, según los puntos de vista de cada acontecimiento, las características de las fuentes y la procedencia de la información son los principales indicadores objetivos para valorar el tratamiento de los hechos, siempre que se tenga en cuenta el enfoque. Pero el resultado es equívoco, porque la atribución de fuentes no refleja el volumen total de las utilizadas efectivamente: hay un proceso de ocultación debido a la falta de rigor de los redactores, una carencia que justifican amprándose en las exigencias del proceso de producción de la información. El grado de utilización de las fuentes no se corresponde con las posibilidades tecnológicas de acceso a la información. Al mismo tiempo, la naturaleza y la procedencia de las fuentes evidencia una dependencia considerable de determinados sectores, especialmente organismos públicos e institucionales, que se convierten en importantes suministradores de información. 

Destacan los índices de fuentes de procedencia gubernamental, algo que certifica la politización de la información. Llama la atención la aparente paridad que existe en la presencia de los partidos mayoritarios en los informativos, un fenómeno que se repite en todas la cadenas. Pero esa paridad formal no equivale a una objetividad real, al contrario, se trata de una apariencia falsa, ya que luego no se corresponde con el tratamiento informativo y con el enfoque que se aplica a cada noticia. Es aquí donde se advierte la censura y la manipulación. Se cuidan los aspectos formales, pero se interviene intencionadamente en los contenidos con fines perversos. Esta fórmula es habitual, sobre todo, en las informaciones de contenido político. Se respetan los tiempos que tiene asignados cada partido, proporcionales a su representación parlamentaria, pero luego no se aplica el mismo tratamiento a todas las informaciones. También es sorprendente el elevado número de fuentes con origen desconocido, una característica que merma la credibilidad de la información. Aunque el porcentaje de noticias con fuente es alto, no se puede considerar satisfactorio. Si se comparan los informativos de las tres emisoras analizados en 2003 y en 2006 se puede comprobar que los cambios detectados afectan a temas y a personajes muy concretos, principalmente al enfoque de la información política. Estos cambios reflejan la nueva línea editorial de las cadenas y evidencian quien controla la información. Los mismos personajes y los mismos temas pasar a ser tratados de una forma totalmente distinta debido al cambio de línea editorial, que siempre implica un cambio de criterio, pero estos cambios afectan más a los enfoques que a los aspectos formales. El análisis de los contenidos permite comprobar la línea editorial de cada emisora y su alineación con determinados sectores políticos y económicos. 

En las televisiones generalistas españolas existe una homogenización de la información considerable. La estructura de las redacciones y el análisis de los contenidos reflejan un funcionamiento basado en equilibrios muy definidos, donde compiten la política, la economía y las noticias de sociedad, y se silencian o minimizan temas que afectan a sectores desvinculados del poder. La aparente pluralidad formal no se corresponde siempre con un tratamiento periodístico objetivo y, además, abunda la información gubernamental e institucional. 





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