Xuan Xosé Sánchez Vicente
LNE 6/01/2016
Como saben ustedes, el Gobierno asturiano
no ha conseguido apoyos suficientes para aprobar el presupuesto de 2016, por lo
que para la gestión de la Administración ha entrado en prórroga el presupuesto
de 2015.
Naturalmente, el Gobierno ha señalado
algunas actuaciones o proyectos que quedan de momento o definitivamente en
suspenso, tales las relativas a oposiciones para profesores o a la devolución del
25% de la paga extra de la que en el 2012 se privó a los funcionarios.
Es sobre esta última cuestión sobre
la que merece la pena realizar algún comentario. Es notorio que la eliminación
de dicha paga por el Gobierno del PP provocó continuadas manifestaciones públicas
de protesta, aun después de que, en los últimos tiempos, se viniese devolviendo
parcialmente. Es más, constituye, en la memoria de la práctica universalidad de
los funcionarios un agravio permanente y, yo diría, indesarraigable.
Ahora bien es sorprendente que un
acto mucho más grave para los bolsillos de los funcionarios, la eliminación en
el 2010 por Zapatero del 5% (por término medio) de todos los sueldos de los
funcionarios (¡para toda la vida, año tras año!), ni haya sido objeto de
réplica social ni haya quedado grabado en la conscienciade los empleados
públicos.
Es, simplemente, como si nunca hubiera
pasado.
No hace falta que les explique a
ustedes las razones de esa desmemoria histórica tan sorprendente.
Una parte de la explicación reside
en la configuración de la emocionalidad político-social de la población, pero
la otra, la más importante, tiene su causa en los grupos y organizaciones que
son capaces de movilizar selectivamente la opinión pública: lo hacen en una
dirección, y no en otra. Y, como en esto, son capaces de convertir en invisible
un daño grave y permanente y, al tiempo, conseguir sacar vívidas llamas hasta
de los últimos rescoldos de un fuego.
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