ENTREVISTA / ROSA BERGANZA
“Mi universidad funciona como una red clientelar al más puro estilo mafioso”
La candidata a regir la Rey Juan Carlos de Madrid cree que están "en peligro de desaparecer" por el comportamiento de los anteriores rectores
Muchos catedráticos de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid
(URJC) fueron tanteados para postularse al cargo de rector frente al
candidato oficialista que es el ingeniero Javier Ramos. Pero tan solo
Rosa Berganza (Burgos, 1971), catedrática de Comunicación Política, optó
por dar el paso cuando no entraba en las quinielas. Se presenta a un
puesto complicado en un campus conocido en los últimos meses por el
escándalo de los plagios del rector, Fernando Suárez
Durante la entrevista, la primera mujer que aspira a este cargo en el
campus público más joven de Madrid, hace una dura crítica al gobierno de
Suárez, al que tilda de “mafia” y denuncia la “red clientelar de
familiares” que asegura que existe en la URJC. Antes de su puesto
actual, impartió clases en las universidades de Navarra, donde se
licenció, y en la Carlos III
Pregunta. ¿Por qué se presenta?
Respuesta. Me presento en el último momento porque vi que no había ninguna candidatura aparte de la oficialista de Javier Ramos, designado a dedo por el rector Suárez, que no ha dimitido ni ha dado explicaciones sobre sus plagios.
Nuestra universidad tiene una situación insostenible, que ha puesto en
entredicho todo nuestro trabajo y el sistema científico español. Decidí
que tenía que dar el paso, me lo planteé como un deber moral. No estaba
entre mis planes hacerlo ahora, porque estoy en un momento muy bueno de
mi carrera. Pero han llegado estos escándalos y, realmente creo que
alguien tenía que dar una alternativa y sobre todo una esperanza a todas
las personas que trabajamos allí, que la mayoría son dignas. Creo que
estamos en peligro de desaparecer como institución.
P. ¿Con qué avales cuenta?
R. Mi candidatura parte de una iniciativa personal,
sin ningún grupo detrás que me apoye. Casi cada minuto que pasa tengo
más seguidores. Mucha gente percibía que se necesitaba limpiar el nombre
de la universidad y la posibilidad democrática de otra candidatura y
otro modelo de totalmente distinto.
P. Mucha gente de la URJC asegura que el rector Suárez ganaría de calle. Teniendo en cuenta que el candidato Javier Ramos cuenta con el respaldo del rector, ¿qué posibilidades tiene usted de ganar?
R. Creo que mis posibilidades son grandes. Hubiera
sido distinto si se hubiera presentado Suárez. Coincido con la visión de
que, a pesar de todos los escándalos de plagio, hubiera arrasado. Pero
creo que ha optado por el peor candidato posible, una persona que
suscita muchísimo rechazo en algunos ámbitos de la universidad por las
prácticas que ha llevado a cabo al servicio del rector actual y del
anterior.
P. ¿Cómo valora el informe pericial de la Universidad de Barcelona que señala un plagio “total, literal y consciente” del rector a un profesor de ese campus?
R. Los resultados de la comisión de la Universidad
de Barcelona han sido contundentes, muy claros. Esperables. Me parece
vergonzante es que no hayamos sido nosotros, la URJC, los primeros en
investigar porque somos los principales interesados en mejorar nuestra
imagen. Es bochornoso el silencio y que se nombre una comisión de investigación que no haya hecho nada.
P. ¿Su intención es reactivar esa comisión en marcha
si gana con los mismos miembros y presidida por el vicerrector de
Profesorado, Luis Miguel Doncel?
R. No, porque es la mano derecha del rector y por
eso fue designado por él para investigar y no garantiza un informe
independiente. Si gano las elecciones, mi primera medida será la puesta
en marcha de una comisión independiente que investigará los plagios. No
estará solo formada por profesorado de la URJC de distintas áreas, sino
también, como mínimo al 50%, con expertos de fuera con independencia
contrastable.
P. Una de las cuestiones que sorprende desde fuera es el silencio que ha habido dentro de su universidad con este asunto.
R. No se entiende si no lo vives desde dentro y lo
conoces muchos años. Por un lado en este proceso, quienes más se han
movilizado son los estudiantes, que han recogido miles de firmas
[75.900 personas han dado su apoyo] y han llevado a cabo una labor más
crítica e independiente, que el profesorado que ha guardado un silencio
vergonzoso. ¿Por qué? Nuestro sistema funciona como toda una red
clientelar montada arduamente por el rector actual y por el anterior [Pedro González-Trevijano,
actual magistrado del Constitucional] con unas prácticas al más puro
estilo mafioso de amedrentamiento a la hora de levantar voces críticas o
simplemente que no han permitido el diálogo ni el espíritu crítico sino
todo lo contrario. En parte es una característica del sistema
universitario español, pero pasa con especial crudeza en la URJC. He
estado en tres universidades y no he vivido nunca una situación de este
estilo.
P. ¿Hay miedo?
R. La URJC es una organización cerrada donde prima
el silencio y quien ejerce como voz discordante es perseguido hasta su
exterminación. Y hemos tenido ejemplos como en el caso de David Ríos, lo
que sucedió cuando presentó su candidatura [11 profesores de su entorno sin plaza fueron despedidos].
Es un sistema que es aparentemente democrático, pero que no funciona
como organización democrática en absoluto. Todo se compra con prebendas,
la gestión no es transparente. Hay pocas decisiones iguales para todos.
Las reglas de juego no son para todos iguales, sino que se negocian
individualmente con el rector a despacho cerrado. Ejerce el “tú sí, tú
no”, “a ti te doy esto, a ti esto otro...”. Compra el silencio de las
personas y ejerce con muy poca transparencia.
P. ¿Cree que si gana podría deshacer esa red
clientelar que asegura que existe? Por ejemplo, tienen ustedes más de un
20% de profesores visitantes [una figura destinada a contratar docentes
externos de prestigio pero que se usa para contratar a profesores sin
méritos suficientes y del propio campus].
R. Eso explica también el miedo. Gran parte del
profesorado, no solo los visitantes, están en una situación laboral muy
precaria. Saben que un giro en una política del rector Suárez les puede
colocar en la calle o que cualquier cambio podría ser perjudicial para
sus intereses. Mi labor estos días es dar tranquilidad, quiero apoyar a
los trabajadores de la URJC dándoles mayor estabilidad laboral, buscando
otras figuras que consoliden sus carreras profesionales y se ajusten al
marco legislativo, que supongan una garantía de seguridad personal y
laboral y que no fomenten ese tejido clientelar.
P. ¿Está en condiciones de cambiar eso?
R. No es fácil, pero creo que sí es posible con
políticas claras de transparencia en la toma de decisiones,
estableciendo procedimientos y espacios donde queden claras las reglas
de juego: Cómo se accede a cuerpos funcionariales, quién promociona
primero. Hay un entramado de personas más fieles que están viendo que,
gracias a los medios de comunicación, están saliendo a la luz muchas características de nuestra institución,
un sistema clientelar que favorece la colocación de familiares de forma
indiscriminada. No pasaría nada si fueran casos sueltos y con probada
valía, pero está demasiado extendido.
P. ¿Qué significa demasiado extendido?
R. No estoy hablando de algo marginal. Es muy
peligroso que diga un porcentaje, pero es una política habitual de
contratación, es como si ser familiar fuera un mérito que cuenta y que
puntúa mucho más. Con 1.600 profesores y 1.300 PAS [Personal de
Administración y Servicios] es muy fácil establecer las genealogías. Lo
que vivimos ahí dentro escapa a toda normalidad de una organización
democrática y pública. Para empezar, el rector ha colocado a su mujer.
Podríamos ver caso por caso todas las figuras importantes de la
universidad y ahí el porcentaje sería casi pleno total. Obviamente, es
más fácil que entren sobre todo familiares de gente que ocupa puestos de
poder. No quisiera que se entendiese que no se puede tener ninguna
razón de parentesco, puede haber personas de valía que pasen todos los
filtros oficiales. Lo que apesta es que sea tan descarado.
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