Jesús González Palomares (Avilés)
Uno, que no tiene estudios superiores, intenta descifrar dentro de
su contexto, uno de los párrafos del informe que acompaña a la propuesta
de ampliación de empleo público para el Principado de Asturias en 2016.
Dice así: Asimismo, la determinación del número de puestos a ofertar
por cada escala viene determinada por la ponderación de la incidencia
porcentual que representa el valor numérico de los puestos adscritos
respectivamente a los mismos sobre el total de efectivos dotacionales
totales. Aunque el mencionado informe no está hecho para que lo entienda
el común de los mortales, el tema no es baladí, ya que intenta explicar
el porqué de la raquítica oferta de empleo público de 2016. Jergas
aparte, y en lo concerniente a la Consejería de Sanidad a la cual
pertenezco, he de decir que dicha oferta es, siendo comedidos en el
leguaje, una tomadura de pelo. Proponen un total de 522 plazas de nuevo
ingreso, de las que 333 corresponden a facultativos especialistas,
médicos de familia, de urgencias y pediatras, las 189 restantes deben
repartirse entre las categorías estatutarias que, en base al abstruso
informe, deben convocarse. Sin duda, el colectivo médico ocupa el eje
central del sistema sanitario y la carencia de algunos especialistas
repercute directamente en las listas de espera y en la calidad
asistencial, pero ¿sería posible un sistema sanitario sin auxiliares,
celadores, administrativos, cocineros, matronas, fisioterapeutas,
enfermeras, personal de oficio o técnicos especialistas? La respuesta es
obvia, pero la falta o el incumplimiento de acuerdos y la nefasta
política de empleo público llevada a cabo por la Administración regional
han hecho posible que desde 2002, fecha del traspaso de competencias en
materia sanitaria al Principado, éste no haya convocado ni una sola
plaza a concurso-oposición libre de las categorías no sanitarias. El
cero absoluto. Las comparaciones con otras comunidades son vergonzantes.
Como es vergonzante que la oferta pública de empleo de 2008 esté sin
resolver en todas las profesiones con dotación de plazas a convocar,
para las que había incluso fechas de publicación. Como vergonzante es
que estemos hablando de dos ofertas de empleo en 14 años, resueltas
sólo parcialmente. Las explicaciones con las que la Administración
intenta justificar esta situación se basan en los cálculos de la tasa de
reposición de profesionales y en informes jurídicos de sentencias en
otras comunidades autónomas, es decir, que la culpa no la tienen ellos,
sino las rígidas normativas que en Asturias han impedido convocar empleo
público no sanitario, cuando en el resto del territorio español se han
desarrollado múltiples procesos selectivos en prácticamente todas las
categorías. Esta manera de actuar ha provocado la huida de profesionales
a otros servicios de salud, buscando la estabilidad y el desarrollo
profesional a los que no tienen acceso en el Principado, y al que pocos
regresan una vez establecidos, como se pudo comprobar en el último
concurso de traslados, en el que se ocuparon apenas la mitad de las
plazas, y no precisamente por la profusión de las convocatorias. Está
claro que si seguimos disparándonos en los pies no podremos avanzar, a
no ser que la estrategia de nuestros gobernantes sea esa, buscando a
corto o medio plazo la privatización de servicios sanitarios y el fin de
la igualdad, mérito y capacidad como modelo de acceso a la función
pública. No obstante, para cualquier aclaración, les recomiendo que
estén atentos a la próxima publicación en el B.O.P.A. de esta oferta de
empleo para 2016 y que la lean en compañía de un jurista especializado y
un eminente matemático, que puedan descifrar los motivos por los que
nuestro Gobierno regional es incapaz de dar respuesta a la carencia de
profesionales en la sanidad asturiana.
Jesús M. Glez. Palomares
Delegado SICEPA /SAIF Área Sanitaria III, Avilés
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