Los nombramientos de libre designación y los ceses en un colectivo de 1.400 inspectores afectan a más de la mitad de la plantilla
El promedio de los 11 últimos años es elocuente: cada dos días, un
inspector de Hacienda asciende a libre designación y, muy probablemente,
otro inspector es destituido. La movilidad y la arbitrariedad en
nombramientos y ceses entre un colectivo que no supera los 1.400
inspectores no tiene parangón en la Administración del Estado, según
fuentes de los sindicatos de funcionarios. Puede afirmarse que entre el
40% y el 50% de los inspectores de Hacienda son cargos de libre
designación, pero esa condición cambia permanentemente. El sistema es
criticado desde hace años por la Asociación de Inspectores (IHE), porque
promueve la obediencia y la afinidad ideológica. Según ha podido
constatar este periódico revisando el Boletín Oficial del Estado de los
últimos 12 años, en las tres últimas legislaturas se han producido 2.169
nombramientos (y ceses) de libre designación.
Desde la llegada de Cristóbal Montoro como ministro de Hacienda, la
Agencia Tributaria ha atravesado por episodios polémicos, y entre ellos
por destituciones, dimisiones y nombramientos de sus altos cargos, sobre
todo desde la llegada del último director, Santiago Menéndez, el 28 de
junio de 2013. Ello hace suponer que tantos cambios en la cúpula
equivalen a una cascada de nombramientos en las escalas inferiores. Sin
embargo, el resultado general no es muy diferente de lo sucedido en
otras legislaturas.
Libres ceses
Durante el actual Gobierno del PP, y a falta de cinco meses para que
acabe la legislatura, se han producido 510 nombramientos de libre
designación entre inspectores. En otras legislaturas, la movilidad ha
sido muy parecida, incluso superior. Durante la segunda legislatura de
Zapatero, con Elena Salgado como ministra de Hacienda, hubo 731
nombramientos de libre designación en la Agencia Tributaria. Elena
Salgado había sucedido en el ministerio a Pedro Solbes dentro del mismo
Gobierno socialista, en cuya primera legislatura se dieron 928 libres
designaciones, una cifra espectacular que se explica en parte porque en
la época de Solbes se creó la Delegación Central de Grandes
Contribuyentes.
La libre designación lleva incorporada unas mejoras económicas, tanto
en el complemento específico como en el plus de productividad, para el
beneficiado. Son difíciles de cuantificar porque los baremos son
complejos, pero la retribución variable se puede estimar entre un 41% y
un 44% del salario. Según un cálculo elaborado por el sindicato de
técnicos de Hacienda (Getsha), el 76% de los inspectores de Hacienda
cobra por encima de los 78.000 euros anuales, el sueldo del presidente
del Gobierno.
Libre designación equivale también a libre cese. De la misma manera
que el nombramiento no requiere concurso ni mérito especial, tampoco hay
condiciones para su cese: basta la comunicación y el afectado perderá
parte de su salario, su teléfono móvil en 48 horas en algunos casos, y
no necesariamente regresará al puesto de procedencia. “En el caso del
cese, se produce una gran incertidumbre, que se resuelve según el
criterio del jefe: te castigo o te premio según hayas sido más o menos
dócil”, dice un inspector.
2013, un año convulso
28 de junio de 2013
La directora general, Beatriz Viana, dimite tras la atribución
errónea de la venta de 13 fincas a la infanta Cristina. Montoro fuerza
la dimisión de Viana "para fortalecer la credibilidad" de la Agencia y
nombra a Santiago Menéndez.
Noviembre de 2013
La multinacional Cemex presenta un recurso contra una sanción de unos
450 millones de euros por simular pérdidas contables. El recurso es
rechazado por Dolores Linares, una inspectora de Hacienda que es
destituida. Tras ella, Ignacio Ucelay, jefe de la dependencia de control
tributario y aduanero, presenta su dimisión.
2 de diciembre de 2013
En plena crisis por el caso Cemex, dimite Luis Jones como director
del departamento de inspección financiera y tributaria. En un correo
electrónico dirigido a los jefes de área explica su decisión por la
existencia de notables diferencias con la dirección general.
6 de diciembre de 2013
En declaraciones informales a periodistas, el ministro Montoro
vincula "el relevo" en la cúpula de grandes contribuyentes a que ese
equipo está lleno de socialistas. "Cesan porque no les gusta el director
general".
“En la Agencia Tributaria se reproduce un régimen de libres cesantías
propio de la Restauración en el siglo XIX”, escribió en un artículo
Ramsés Pérez Boga, inspector de Hacienda y presidente de la IHE hasta
hace unos meses. “Este baile de inspectores equivale a una gran pérdida
de eficiencia y genera una gran tensión. Hemos solicitado en varias
ocasiones que se limiten las libres designaciones solo a los cargos
organizativos”. “No todos somos enchufados”, añade Pérez Boga. “Soy
partidario de la libre designación”, añade un exalto cargo de la Agencia
Tributaria. “Pero es justo ponerle una barrera. Hay nombramientos que
están justificados porque se trata de sucursales o departamentos donde
no quiere ir nadie. Está bien que el alto cargo se sienta cómodo con sus
colaboradores, pero el sistema termina originando equipos volátiles y
que se gobierne a capricho. Se imponen elementos subjetivos y también
ideológicos”.
“Siempre hemos pensado que un porcentaje de entre un 40% y un 50% de
libres designaciones es excesivo”, sostiene Rocío Gamo, actual
presidenta de la IHE. “Estamos abiertos a que se realice un estudio de
los puestos de trabajo y defendemos que haya un estatuto. No todos los
puestos son políticos. También hay inspectores que cambian de puesto por
voluntad propia”. A pesar de que la lucha contra el fraude fiscal es
una prioridad, el colectivo de los inspectores de Hacienda apenas ha
crecido. En la actual legislatura, entre 2011 (1.797 inspectores de
Hacienda) y 2014 (1.803), la variación apenas ha sido de seis
inspectores (0,33%), teniendo en cuenta que hay una bolsa de más de 300
que están excedentes. Y la RPT (Relación de Puestos de Trabajo) no se
hace pública desde 2008.
El actual director general, Santiago Menéndez, ha defendido en
diferentes entrevistas que “hay menos puestos de libre designación que
en otras legislaturas”, hecho que corroboran portavoces de dicho
organismo. “Se habla de nombramientos y ceses, pero no del resultado
neto. En los lugares más sensibles de la Agencia Tributaria ha existido
menos movilidad”.
Pedro Saura, el portavoz socialista en la Comisión de Hacienda,
prefiere referirse no tanto a las cifras de nombramientos como a
cuestiones cualitativas: “El hecho cualitativo es que nunca ha habido
tantos escándalos, tantos ceses de altos cargos en tan poco tiempo que
afectan a delegaciones importantes. La Agencia Tributaria era la joya de
la corona en fiabilidad, independencia y discreción”.
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