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domingo, 6 de diciembre de 2009

La empresa Sedes, un gran ejemplo de cómo de los vicios privados surgen las públicas virtudes, de Juan Vega


Sedes compró a la empresa Jovellanos XXI dos alas del edificio construído por Santiago Calatrava sobre tres grandes pegoyos, en Buenavista, Oviedo. El cómo y el por qué de cómo Sedes pudo llegar a comprar así el vuelo de una especie de hórreo colocado sobre un campo de fútbol de propiedad pública, hay que buscarlo en las peculiaridades del derecho consuetudinario asturiano. Ya saben, los hórreos son bienes muebles, y su propiedad es independiente del suelo. Por eso es muy fácil encontrar hórreos colocados sobre suelo público. Como estas oficinas que al final acabaron en manos del Principado. Hoy, el Principado, es propietario de dos alas de esta gran panera en forma de “u”.

Vicios privados, públicas virtudes, lectura recomendada

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¿Cómo llegó a ser esto así? La historia es demasiado larga y en Asturias hay grandes expertos en innovación administrativa y gestión inmobiliaria creativa que están haciendo escuela en el mundo. El caso de Sedes es de manual. Sin duda se trata de una empresa modélica tocada por el destino, pues en su día, me consta, muchas instituciones y personas particulares se beneficiaron de sus pisos y locales, y hasta algún gran partido político tiene su local en oficinas que fueron de Sedes. “Know how” de largo recorrido.

Para comprar las dos alas de la “panerona” de Jovellanos XXI, Sedes tuvo que endeudarse hasta las cejas, pues la decisión de adquirir estos bienes inmuebles “a dedo”, incluía pagarlos en dinero cash, como no podía ser de otra manera, a pesar de la cuantía, una decisión adoptada por el gran adjudicador digital, Vicente Álvarez Areces, que obviamente no podía encontrar acomodo presupuestario.

Ya saben, hay leyes, reglamentos, vergüenza, miedo a la cárcel, jueces…

Ante la imposibilidad de inventarse una milonga como la que se inventó para adjudicar a la misma empresa el Palacio de Justicia de Oviedo, también a dedo -lo que no deja de ser un órdago a la grande a los propios jueces-, Areces utilizó la empresa Sedes como intermediaria, como empresa interpuesta.

¡Creatividad! Lo que hizo esta empresa fue un “trueque” con el gobierno. ¡Más creatividad!

El gobierno le entregó a Sedes unos edificios que no servían para nada, y Sedes le entregó al gobierno otro edificio que no servía para nada, a cambio. Eso sí, Sedes entregó a Jovellanos XXI un montón de dinero público, conseguido con préstamos bancarios.

El dinero es muy útil. Se acumula fácil y se puede esconder debajo de la cama.

Los beneficios de esta operación para el pueblo soberarno me resultan difícil de comprender, pero seguro que para algunos particulares son fantásticos.

Ya saben “Vicios privados, públicas virtudes”.

Decía mi admirado Bernard de Mandeville, que para que la clase obrera inglesa pudiese disfrutar de un empleo, era necesario que la burguesía nadase en el lujo y la disipación, es decir, que consumiese más y mejor. Si los burgueses no consumen, los obreros no comen. He ahí la explicación profunda que nos da cuenta de por qué el ex comunista Areces hace estas operaciones complejas en bien del pueblo trabajador y las clases oprimidas.

Algunos malpensados podrían creer que estas aparentes tropelías se hacen a cambio de dinero, comisiones ilegales, sobornos, cohecho, y desde luego, con mucha, mucha prevaricación. Es posible, pero no es seguro. A veces creo que ocurren cosas así. Otras no. Que esto sea posible es algo que se deriva, como pura especulación intelectual, del hecho de que sean cosas tan raras.

¿Por qué es todo aquí tan raro?

Lo complicado que resulta todo. Por ejemplo. Si las obras del Palacio de Justicia, o las oficinas que se compraron en el Calatrava, todo ello a la misma empresa, se adquiriesen mediante concurso público, todos tendríamos claro que tenemos un buen gobierno y que sus responsables no incurren en ningún delito.

Entonces, ¿por qué lo hacen así? ¿Por qué se empeñan en despertar nuestros sospechas?

Se lo aclaro. No lo hacen así para robar. No. Están ustedes equivocados. El que piense eso piensa de manera facilona. Lo hacen por nuestro bien. Lo hacen para fomentar el vicio y la depravación. Siguen el modelo de Mandeville. Allí donde no hay cohecho, prevaricación, sobornos, comisiones y cuestiones de este tipo, tan relacionadas con el Código Penal, no hay alegría, no han movimiento económico, la economía se vuelve plana, se deprime, y la clase obrera se queda sin trabajo. Como está ocurriendo ahora con la crisis.

Hay crisis porque no se prevarica. Ya no quedan solares con los que prevaricar, y el país se halla deprimido, la gente se va al paro, y por lo tanto toca explorar nuevos nichos de corrupción en los que hurgar para salvar al país de la destrucción y la crisis.

Areces, un hombre que tiene un gran sentido social y una enorme sensibilidad para el sufrimiento de sus semejantes, no puede tolerar que todo eso suceda, y por eso, por estas elevadas razones que expongo, hace lo que hace, es decir, escribe recto con renglones aparentemente torcidos, nos hace creer a todos que ésta es la comunidad más currupta de España, y de esa manera consigue darle un impulso inusitado a la economía que crece y se desarrolla alcanzando cotas nunca anteriormente soñadas.

De hecho, ya ven, que en realidad, Asturias va bien, aunque algunos malpensados pudiesen creer lo contrario.

Lo malo, ahora, es que parece que la empresa Sedes va a tener algunos problemillas, que revela El Comercio en un artículo, y creo que entre todos debemos echar una mano para que cuando entre en quiebra nadie pida explicaciones sobre lo que ocurrió, que ya se lo expliqué yo más arriba, y por lo tanto no merece ya que se le dé muchas vueltas.

Hay quien dice que la nueva gerente de la empresa está abrumada ante las responsabilidades. Yo no lo creo. Seguro que es persona muy capaz y encuentra esas nuevas soluciones que todos deseamos para que la ruleta siga dando vueltas.

Por cierto, no se pierdan lo que cuenta El Comercio, escrito por Ana Sala, que algo tiene que ver con todo esto que les explicaba, y no deja de resultar fantástico de huevos:

Lo que ha cambiado en los últimos meses en Sedes es el gerente, Santiago Caicoya, que está al frente del proyecto de la Isla de la Innovación. Tras la polémica sobre la fiscalización de Sedes por parte de la Sindicatura de Cuentas y las peticiones del Partido Popular para que dimitiera, Caicoya aceptó, no sin quejas, hacer público su sueldo y el Gobierno lo trasladó a Avilés. En Oviedo dejó en suspenso el futuro de las parcelas de General Elorza, que pasaron a manos de Sedes a cambio de los 58 millones que desembolsó por el edificio en ‘U’ del Calatrava. En aquella operación también adquirió solares en La Ería, La Florida y el antiguo instituto de San Lázaro. Trabajo para la nueva gerente que quiere ser prudente sobre sus planes de futuro. Para los dos primeros, no hay proyecto aún. Para el antiguo instituto, sí, firmado el arquitecto navarro Patxi Mangado, el mismo que ha diseñado la ampliación del Bellas Artes. El centro educativo dejará paso a dos torres, de 45 y 76 metros de altura, para 180 pisos y una gran plaza escalonada hacia Armando Collar. La apuesta por construir en altura permite liberar suelo para construir una glorieta sobre la calle San Lázaro, para distribuir el tráfico procedente de La Manjoya. Sedes llegó a anunciar que las obras arrancarían este año. La crisis ha frenado sus planes, al igual que ha hecho que al tráfico de La Manjoya ni se le espere. Un frenazo igual que en General Elorza.

Artículo de Juan Vega publicado en www.elcomentario.tv

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